EL Mundo Vs Yo

La leyenda de la princesa Kaguya

Una antigua leyenda japonesa explica que había una vez un anciano que vivía con su esposa. Un día fue a una plantación de bambú para recolectar brotes, y se encontró allí con un árbol de bambú que tenía luz en su interior. Se preguntó por qué y sintió una gran curiosidad acerca de lo que habría dentro...

A beauty, Fatal Concubine

Las chicas de la Capital la miran con odio: "No eres más que una campesina sin ningún conocimiento. ¿Tienes la ropa de Niyun Shop? ¿Tienes las joyas del Brilliant Treasure Pavillion? ¿Sabes lo eminente y dominante que es el famoso Yue Wang?

El libro de los Dioses - Cielo

Por más de un milenio el clan conocido como Ryūjin o los Dragones divinos, y el Hi no ōkami, clan de los lobos del fuego; se habían enfrentado ferozmente en batalla. En la actualidad ambos clanes contaban con serios conflictos internos, causados tras milenios de guerra y esta tregua era el mejor modo de resolverlos, antes de llegar a una destrucción total. Aprovechando la creciente debilidad del Ryūjin, el Clan Nagamushi iniciósu ataque desde las sombras.

Martial Peak

El viaje al pico marcial es desolado, solitario y largo. Ante la adversidad, debes sobrevivir y permanecer inflexible. Sólo entonces podrás abrirte camino y continuar tu viaje para convertirte en el más fuerte. El Heaven Pavilion pone a prueba a sus discípulos de las maneras más duras para prepararlos para este viaje. Un día, el humilde barrendero Kai Yang logró obtener un libro negro que lo puso en el camino hacia la cima del mundo marcial.

Nico es el mejor del planeta

Enseñando a nico comol se modifica una pagina.

sábado, mayo 06, 2006

^^ Sabado al fin^^


Son casi las 10am me estoy preparando pues debo ir al negocio un rato, poir la tarde tengo una alumna y finalmente llegara mi merecido descanso.
Me voy a preparar unos mates asi despierto a mi nena la mas grande que hoy me va a acompañar, estoy medio dormida aun U,u, si me acoste tardisimo anoche.
Es que estube escribiendo y cuando me di cuenta eran las 3am, mientras preparo todo estoy escuchando un poco de evanescence, me encanta ese grupo en especial la cancion Lies.
Ah! ayer no postee por que estaba super apurada me lebante tarde y ni tiempo de pasar po la pc me quedo.
La verdad que hoy pensaba subir algun texto pero no se me ocure (a decir verdad no me decido cual subir) Es que en general busco algo que tenga que ver con mi estado animico, pero en este momento solo tengo sueño ><, asi que la vosy a a hacer mas facil pongo lo que le continua al capitulo 2 de la Historia "El torturador de Leyguin" que esta posteada unos mensajes anteriores. Nos vemos mañana ^^ Salu2

Capitulo 2 (Segunda parte)

Leyguin 1113


Kalim rió burlonamente y volteo para marcharse, en ese momento chocó de frente con un discípulo, bruscamente lo empujó haciéndolo caer al suelo -¡Fíjate por donde caminas!- le grito y continuo.

Dimitri se puso de pie sacudiéndose la túnica y vio de reojo a Kalim alejarse, luego dijo a Mitrael, enseñando un manojo de llaves que tenía escondido en su mano –Las conseguí-

-Bien adelántate, no quiero que nos vean ir juntos en esa dirección-

Dimitri asintió y se marcho. Mitrael espero unos minutos y fue tras Dimitri. Este ya lo estaba esperando muy cerca de la entrada a la habitación de Kalim.

Al rápido paso y verificando con la vista que nadie los viese, entraron en la habitación, mientras entraban Mitrael pregunto -¿Dime Dimitri, como sabes tanto acerca de Kalim?-

-Para serle sincero maestro, no soy el único que sabe todo esto.

Él ha formado una orden secreta dentro de la cofradía.

¿Acaso no ha notado que Kalim solo tiene discípulos que él mismo a elegido y ellos lo siguen hasta la muerte?

Una vez cada mes, más precisamente en el primer día sin luna, ellos realizan una ceremonia, esta incluye sacrificios e invocaciones.

Cuando decidí unirme al su grupo fui llevado por medio de Telan, el joven aprendiz que desapareció hace seis meses y en realidad él no escapó.

Sino que al parecer intentó delatarlos ante el concejo de antiguos y hablo con la persona equivocada, por que la mayoría de ellos protegen a Kalim.

Yo he presenciado ya demasiadas ceremonias y las atrocidades que en ellas ocurrían fueron demasiado para mi. Quisiera poder salirme de alguna manera y por ello acudí a usted, se que jamás apoyo los métodos que su hermano utiliza para los interrogatorios y también se que es el único que se le enfrentaría.

Lo de la habitación secreta me lo contó hace un tiempo Liley, una de las sirvientas. Pero me temo que ella puede haber sido victima de su hermano, por que hace ya diez días que no la he vuelto a ver-

Entiendo- asintió Mitrael siguiéndolo a través del cuarto.

Al llegar frente a un enorme tapiz, lo corrió de lado en busca de la puerta, esta fue muy fácil de hallar, al abrirla el hedor que manaba del cuarto fue penetrante.

En el interior la iluminación era tenue, proporcionada solo por cuatro antorchas, el cuarto de gruesa roca era gigantesco.

Una suerte de objetos extraños de diferentes tamaños los cuales se hallaban cuidadosamente ubicados junto a las paredes.

Entre ellos un potro de tortura, una rueda de madera colocada dentro de un gran cubo con agua, una cama de madera con cientos de finos clavos y otros tantos que ni Mitrael ni Dimitri pudieron adivinar que objeto práctico les daría Kalim.

De los muros colgaban cadenas gruesas y herrumbradas. En algunas de ellas aun había esqueletos humanos, que llevaban bastante tiempo allí.

-¡Esto es repugnante!- exclamó Mitrael tapándose la boca y nariz con un pañuelo, para evitar vomitar, cuando de pronto su vista se fijó sobre uno de los muros, allí colgaba sujetada a las cadenas Arael, todo su cuerpo estaba cubierto de heridas y su rojizo cabello le recaía tapándole el rostro.

Rápidamente corrió junto a ella llamándola por su nombre –¡Arael! ¿Te encuentras bien?- débilmente ella entreabrió sus ojos y con la vista desorbitada busco la voz que la llamaba, sin poder distinguir la figura.

-¡Ayúdame Dimitri, debemos sacarla de aquí!- ordenó Mitrael

-¡No maestro, si la movemos, él lo sabrá!- recalcó asustado.

-¿Por qué crees que accedí a venir a este lugar? ¿Para tan solo mirar?

¡Déjate de tonterías y busca en el manojo de llaves, la que abre las esposas!- exclamó con enfado Mitrael.

Dimitri asintió silenciosamente, pero meneo su cabeza con desacuerdo. Ninguna de las llaves abría las esposas, de modo que Mitrael tuvo que buscar algo con lo que golpear las cadenas para abrirlas. Finalmente encontró colgada en uno de los muros una hacha vieja. Con esta, luego de un largo rato de pelea, consiguió romper las cadenas.

Al quedar libre Arael cayó de rodillas, incapaz de sostenerse en pie. Mitrael la sujeto con cuidado y la alzó en brazos cargándola fuera de ese lugar. Ella estaba temblando y su piel se veía muy pálida, así como sus ojos hundidos.

Arael no sabes cuanto lo siento, debí haber actuado antes, pero te juro que aunque sea con mi vida yo conseguiré que esta vez escapes de ese maniático- y la recostó sobre la cama, cubriéndola con una manta.

Con marcado nerviosismo Dimitri advirtió –No podemos quedarnos por mucho tiempo más.

El oficio ya debe estar por terminar y debo devolver las llaves antes de que Kalim se de cuenta que se las quite-

-Ya nos iremos, aguarda tan solo un instante- ordenó Mitrael, mientras buscaba en un arcón algo de ropa para cubrir la desnudez de Arael, luego de vestirla le colocó una larga túnica negra con caperuza y se la elevó cubriéndole el rostro. Junto con Dimitri salieron cargando a la mujer. Al llegar al final del pasillo pudieron oír la campana que marcaba el fin de la ceremonia. Separándose Mitrael indicó a Dimitri –Yo me llevaré a la mujer tu ve a devolver las llaves y pase lo que pase, no digas quien se la llevó ¿De acuerdo?-

-No se preocupe, jamás abriré mi boca, se que sería en vano. Lo único que conseguiría sería una muerte segura, tanto para mí como para usted y la mujer-

Mitrael ya había previsto todos los posibles contratiempos y tenía sus hombres de confianza, listos para partir llevándose lejos a la mujer, el la ocultaría hasta que se hallase en condiciones de decidir que es lo que realmente quería. Eso era todo lo que podía hacer por ella.

Al resguardo de la oscuridad corrió a la parte posterior del castillo y se dirigió a la muralla, allí había una salida oculta. Al otro lado esperaban tres sacerdotes de confianza y cinco soldados.

Entregándole a uno de ellos la mujer pidió –Cuídenla bien, no quiero saber en que dirección partirán o hacia donde la llevarán. Esa es la mejor forma de protegerla. Por nada permitan que Kalim vuelva a colocarle un dedo encima-

-Despreocúpese mi Lord- indicó un soldado –Nosotros nos haremos cargo-

El asintió - ¡Que dios los acompañe!- y se dio media vuelta marchándose, no quería ver en que dirección partían.

Al día siguiente el castillo era un revuelo, Kalim estaba furioso y fue directamente en busca de Mitrael. Golpeo a su puerta hasta el punto de casi derribarla.

Aún no había amanecido y Mitrael estaba dormido, pesadamente se levantó y fue hasta la puerta, al abrirla su hermano entro empujándolo bruscamente -¿Dónde está? ¿Dónde la ocultaste? ¡No me lo niegues, se que fuiste tu!-

Frotándose los ojos Mitrael se hizo el desentendido -¿No entiendo nada, qué es lo que ocurre?-

Tomándolo por el cuello advirtió -¡Dímelo o lo lamentarás!-

De un empujón Mitrael se lo quitó de encima -¿Pero te has vuelto loco? ¿Ahora de que diantre me acusas?-

-¡Sabes que la encontré nuevamente, sea donde sea que la hallas enviado y te juro que cuando lo haga, me las pagarás!- bramó Kalim y se dio media vuelta saliendo del lugar.

Al llegar al vestíbulo indicó a uno de los soldados –¡Quiero que llamen al rastreador y lo envíen tras ella!- entregándole una prenda de Arael al soldado señalo –No olvides entregarle esto y quiero que reúnas al mejor grupo de soldados, antes del anochecer partiremos-

jueves, mayo 04, 2006

¡Que mañana...!

¡Que mañana esta mañana!

Esta mañana me lebante a las 9am, con un humor regular O,o si aunque va para abajo, el dia de ayer fue largo, muyyy largo, mas de lo que esperaba.
No termino muy bien que digamos, pues tenia una de mis niñas (la mas pequeña) enferma, de hecho esta en cama con anginas :'(
La pobresita tiene dolor de garganta y esta con fiebre.
Aunque me alegro de que esta mañana me llamo mi hermano para darme algunas buenas noticias, aunque no son tan buenas hasta que no se hagan realidad u,u, pero como hay que verle el lado positivo a todo, ya veremos que nos deparara el futuro.
No estoy de humor como para escribir algo muy profundo o llamativo, asi que lo hare simple ¬.¬ publicare un viejo cuento que consta de 5 capitulos y aqui les dejo la primera entrada.
Por cierto quiero agradecer el post del Hobbit ^^, ¿Como no hablarìa del tema posteado en tu blog? Si fue interesante.

Capitulo 1

“Qué ridículo y qué extraño es aquel que se asombra de lo que ocurre en la vida…”

Arrastrando mi gastado saco de huesos, caminaba lenta y pesadamente a través del bosque. Apenas podía mantenerme en pie, era por el cansancio.

-¡No! ¿A quien intento engañar? Es por la borrachera- masculle con enfado y tire un golpe al aire.

Girando sobre mis talones caí en redondo al suelo, y allí me quede, desparramado sobre mis espaldas con la vista fija en el cielo.

Justo sobre mi, un pequeño claro se habría entre el follaje de los árboles, dándome una esplendida vista de la luna, quien en su excelencia brillaba señorial.

Este no era uno de mis mejores días, a decir verdad nunca lo eran.

No había vuelto a tener un buen día desde mi niñez y de ello ¿hacían cuanto?

Llevando la mano a las sienes intente forzarme a recordar, hacían ya veinte…no treinta… ¿O cincuenta? Era inútil, mi mente estaba embotada por el alcohol.

Pero había sido tan dulce, tan suave y embriagadora aquella bebida, que no pude detenerme sino hasta acabar la botella.

Cerrando los ojos y elevando la barbilla al cielo me excusé -¿De que me quejo? Si lo merecía-

¡Y por supuesto que lo merecía!

¡Oh si! Tras actuar como fenómeno en la feria, haber vestido aquel ridículo traje verde oscuro y soportando sus estúpidas miradas, por horas esbozando un estúpido gesto alegre y en postura señorial.

Claro que lo merecía, a decir verdad mucho más que aquellas miserables monedas merecía.

Pero no había sido buena idea pelear con Ariel, por una moneda más, ahora que lo pensaba me pregunte con incertidumbre -¿Qué habrá sucedido después de mi huída?-

Tras aquella acalorada discusión, había salido como tromba furiosa de la tienda de aquella vieja bruja y no había volteado sino hasta que se oyó tras de mi el grito de Adora.

Desde mi lugar vi a tres hombres de la feria entrar en la tienda, al acercarme para ver lo que sucedía, con asombro vi el cuerpo de Ariel tumbado en el suelo.

Del medio de su pecho asomaba la empuñadura de una daga, finamente labrada en oro, y todo a su alrededor se comenzaba a formar un charco de sangre.

¡Ja! Que ironía pensé en ese momento. La vieja bruja había sido muerta, incluso por una costosa arma. Codiciosa hasta en la muerte.

Pero la sonrisa se borro de mi rostro cuando Adora me señalo como el perpetrador.

-¡Fue él!- grito la joven gitana -¡Fue él! ¡Yo los oí discutir y dijo que la mataría!-

Desesperado, en ese momento, eche a correr con todas las fuerzas que fui capaz.

Escabulléndome por los oscuros rincones del pueblo, me oculte hasta salir de aquel pandemonio en el que se había convertido.

No bien me halle a salvo, comencé a reír nerviosamente, no había huido con las manos vacías. Como si fuese un verdadero criminal, antes de escapar, había cargado conmigo el primer saco que halle a mano.

Nuevamente irónico, en el habían cuatro botellas del más fino licor, una onza de pan y media horma de queso.

Ni para ladrón servía, aunque al menos allí tenía para saciar mi vacío estomago.

El alimento lo devoré en cuestión de minutos y el licor lo racioné por dos días, eso era un gran esfuerzo ¡Y si que lo era! Con lo que amaba la buena bebida, fue casi una tortura cargar aquel delicioso brebaje sobre mi hombro, sin bebérmelo todo de un trago.

Pero bien, el autocontrol no duró demasiado, esta noche como buen fracaso que soy, perdí el control y me lo bebí. No deje una gota, ni rastro del contenido de las botellas quedó.

Ahora lo lamento, ya que no tengo idea de en que lugar me encuentro; más que el claro indicio de que estoy en un bosque infestado de lobos y molestas aves chirriantes y cantantes.

¡Maldición como quisiera que se callaran de una buena vez y así podría dormir!

Volteando de lado me acomodé, en ese momento oí el crujir de algo bajo mi espalda y recién allí di cuenta de lo que causaba mi incomodidad.

¡El maldito carcaj! Aun lo llevaba colgado a mi espalda, casi a punto de caer asomaban tres flechas, las cuales parecían de fina punta y confección, aunque no eran más que madera adornada. Si quisiera lanzar una, de seguro no atravesaría ni el aire.

-¿Y el arco?- ladeando la cabeza busque en los alrededores. Allí estaba lo había dejado caer a pocos metros. Sus piedrecillas verdes y azules destellaban casi mágicas, cuando de a ratos los plateados rayos de luna las iluminaban.

Hipnotizado por aquel destello, me quede viéndolo por largo rato, no se si fue por un minuto, tal vez pasaron horas, pero no podía dejar de verlo. De pronto los parpados me comenzaron a pesar y el sopor del sueño me abrazó, lentamente sentía como me rendía al cansancio.

La muerte susurre, como deseaba la muerte ¿Será este el momento? Casi al instante supe que no lo sería, pero intente forzarme a creer que si y caí dormido.

Un fuerte alarido me arrancó del sueño.-¡Diablos!- maldije por lo bajo y me acurruque intentando no despertar.

Como si los dioses me castigaran por mi blasfemia un ensordecedor trueno resonó en el bosque y seguido de ello un enorme destello blanco.

Pesadamente me incorpore, frotando con el canto de la mano un ojo. En ese momento un enorme mareo me invadió y el bosque dio un fuerte giro a mí alrededor. La cabeza me parecía estallar y sentía el corazón latirme en el cerebro.

Nuevamente y como castigo, atronó con fuerza el cielo y me obligó a, patéticamente y con un esfuerzo descomunal, ponerme de pie. En se momento lo oí nuevamente, pero esta vez sonó apagado.

Pestañando confuso afine mi oído, lo único bueno que mi cuerpo aun tenía, e intenté buscar el origen.

Más solo oí a tres personas, hombres aparentemente. Meneando la cabeza camine hasta donde yacía el arco y lo tome, era inútil para cazar pero al menos por su belleza algo me darían en el poblado más cercano. Al incorporarme y tras otra vuelta del bosque descubrí que había alguien más, por los gemidos y protestas ahogadas no parecía a gusto con la situación.

No estaban muy lejos de mí, pensé, más luego me dije que no era mi asunto y comencé a caminar.

Mientras caminaba me justifiqué –Además ¿Qué podría hacer? Ellos eran tres y yo solo un borracho desgarbado- pero su victima parecía haberse enlazado a mi oído y sus quejidos no abandonaban mi mente.

Inconscientemente camine hacía donde ellos se encontraban y tras dos o tres minutos los distinguí borrosamente en la lejanía. Lenta y cuidadosamente me acerqué.

Efectivamente, eran tres hombres. En el suelo y entre los tres sujetaban a una mujer, la cual se retorcía como un gato apresado.

Al ver hacia un lado, descubrí que una joven de cabellos castaños se hallaba atada y amordazada al tronco de un árbol.

Ella era quien gemía suplicando ayuda. El cuadro era repugnante, los tres bandidos forcejeaban por sostener y a la vez despojar de sus ropas a la pobre mujer.

-No es mi asunto- volví a repetirme y voltee para tomar otro camino.

El sonido de un bofetón resonó en todo el lugar.

-¡Maldita perra!- exclamó uno de los rufianes -¡La muy zorra me mordió!-

Ese último comentario me hizo girar en redondo, era la gota que rebalsaba el vaso. Fuera de mi, corrí hacía ellos gritando -¡Soltadla!- y empuñe, en una de mis mejores actuaciones el arco, tomando a la vez amenazadoramente una flecha del carcaj.

Dos de los sujetos se pusieron de pie en un salto y me vieron fijamente, mis fachas no eran mejores que las de ellos, pero a decir verdad se veían como harapientos repugnantes.

El más bajo y regordete se adelanto exhibiendo un cuchillo de mano, algo viejo y gastado –¡Tu no te metas, mejor sigue tu camino si no quieres que te rebane…!-

Antes de que dijese media palabra más, mis manos reaccionaron solas. Tensando la flecha al cordel amenace, pero no fue solo una amenaza, los pesos de la flecha se quebraron y estúpidamente se me escapó, saliendo disparada directo a la cabeza del sujeto, clavándose de lleno en un ojo.

El hombre cayó sobre sus espaldas, muerto al instante.

Sus compañeros bramando de ira se abalanzaron sobre mí. Con dificultad gire levemente y me encorve hacia el frente para resistir la primera embestida, inmediatamente que me embistió tome al sujeto por las axilas tirándolo hacia un lado.

Pero mi maravillosa y valiente actuación duro tan solo un instante, ya a causa del alcohol, los reflejos me fallaron y no conseguí esquivar al segundo sujeto, quien con excito clavo su puñal en mi costado.

Tomándome la herida retrocedí tambaleante, ambos ya se hallaban de pie y se me acercaban nuevamente. Precariamente esquive los dos primeros ataques, pero caí de espaldas y uno de ellos se lanzo sobre mi.

Ambos rodamos por el suelo, quedando él sobre mí. El sujeto aferro sus manos con fuerza a mi cuello, cortándome la respiración.

Es el día pensé, casi con alegría, es el día en que la muerte me llegará. Segundos después supe que no sería así, mi cuerpo lucho por un segundo más y mi mano al tanteo descubrió una roca de tamaño considerable. Aferrándola con fuerza entre mis dedos, la levante y golpee la cabeza de mi atacante.

Este cayó de lado con la cabeza rota y un chorro de sangre brotó acompañando su caída.

Para ese instante me puse nuevamente en pie, furioso. Ya que hoy no era mi día, lo sería para esos bastardos.

Busque con la mirada al último de los bandidos, ya no estaba, había escapado. Al dar la vuelta para comprobar como se hallaban las mujeres lo halle.

El me estaba por atacar a traición, pero mis manos sujetaron la hoja de su cuchillo, bañando su filo con mi sangre.

-¡Hoy no es el día!- le grite como un sin razón y le arrebaté el cuchillo de un tirón.

El sujetó retrocedió con cara de espanto, tartamudeando algo incoherente.

-…e…e…e…eres…eres…¡Tu no…tu no existes!- gritó y se echó a correr despavorido.

Un sordo sonido cortó el viento y algo fugaz rozo mi oído antes de clavarse de lleno en la espalda del prófugo. Era una flecha.

Al voltear, la mujer que habían intentado violar, se hallaba de pie unos metros detrás y aun apuntaba con el arco en mi dirección.

El hombro derecho de su vestido colgaba destrozado y de su labio caía un leve rastro de sangre. Tenía su rubio cabello enmarañado y el pómulo amoratado. Pero sus grises ojos exhibían una gélida mirada, aunque un sendero de lágrimas caía a la vez de ellos.

Lentamente caminé hacia ella, con la mano extendida, pidiendo el arco.

-¡No te acerques!- exigió con firmeza y del carcaj que había colgado de su hombro izquierdo, tomo una flecha que tenso con habilidad en el cordel.

Al ver la flecha comprobé que no eran mis falsas flechas, sino fuertes y verdaderas con punta de acero.

Levantando ambas manos deje caer el cuchillo –No temas, no les haré daño- pero al hacerlo el dolor me doblo, en el calor de la batalla había olvidado que me habían herido con profundidad en el costado.

Mi brusco gesto debió asustarla, por que ella disparo su flecha clavándola de lleno en mi brazo y de no haberme en ese instante doblado, protegiendo el pecho, lo hubiera hecho en mi corazón.

Soltando un ahogado gemido caí de rodillas al suelo, con la vista fija en la mujer protesté -¡Con un demonio, esto es lo que me merezco por ayudar!- y tras soltar un gemido, arranque de cuajo la flecha de mi brazo y la tiré a un lado.

No sabiendo si era a causa de la perdida de sangre o tal vez la borrachera, que aun persistía, mi vista se nublo y tras el sonido de otro tueno caí rendido.


miércoles, mayo 03, 2006

Hoy el Sadismo

Mañanas HTML

Hoy me lebante algo tarde, u,u odio lebantarme despues de las 9am , no se por que, en un tiempo me lebantaba a las 14Hs y era feliz, pero desde que decidi reorganizar mi vida, me hice del habito de lebantarme temprano a la mañana (tipo 8/8:30am) y acostarme a la media noche.
Lo que me tiene algo chinchuda (para los que no saben que es explico, Rayada, mal humorada, etc)
me puse a dibujar y escanear algunos bosetos, aqui hay uno.
Pero al ver el horario ya son las 10:36 y pienso en que el medio dia se acerca y mi amada mañana se fue volando T,T.
Ayer apenas y tube tiempo de dibujar un rato y escribir 4 o 5 hojas de una noela que estoy trabajando.
Asi que comence a apurar mi ritmo, mientras posteo en el blog, me hago un cafe (hoy no mate) asi me reanimo, al mismo tiempo reviso correos, Blogs, Fotolog de amigos (el de mi hermano en especial) El sitio Web que tengo hace ya 4 años (ese ya esta medio muerto lo desatendi hace un tiempo) y preparo la leche para mis piojitas, a todo eso no veo el gato espero que no se halla quedado afuera toda la noche, con este frio puede enfermarse. Hum ya ven asi es mi vida, ser mama y lo que a uno le gusta es complicado.
Hoy cuando rebise este Blog, me encontre con una respuesta y me alegro, ayer lo empece y ya tenia mi primera respuesta ^^. Pase a visitar el blog del visitante y me encontre con un tema curioso "El lado oscuro" Deje mi post en el para que iese mi opinion, aunque es un poco mas extensa que lo que escribi, pero no querìa hacer un texto in - leible.
Pido perdon si en algunos caso me faltan "V" pero la maldita V corta no me funciona bien en el teclado. (ya comprare uno nuevo)
Llendo al caso me puse a reolver diskettes y encontre la historia a la que hice referencia en mi respuesta, la posteo aqui para ver que tal les parece y asi continuo con mi mañana, pues llega el medio dio y a correr con la comida, el colegio y >< el trabajo. Hasta mañana ^^


Leyguin 1113

En medio de las montañas al sur oeste de la región central, se encontraba la sede principal de la Cofradía de Leyguin, bautizada así por el antiguo poblado en ruinas que se hallaba en las cercanías.

El oscuro castillo de piedra caliza, era enorme. Rodeado en su totalidad por un alto murallón de granito y cuidadosamente decorado con gárgolas. Ocultos tras los enormes portones de madera con gruesas rejas levadizas, se encontraban los más altos miembros de la orden.

En ese lugar se entrenaban a los mejores y más destacados monjes de la orden, los cuales serían enviados más tarde a encargarse de los distintos monasterios dispersos en las regiones, hasta el momento tomadas por la cofradía.

En el patio de armas dos monjes caminaban hablando en un bajo murmullo, para evitar ser oídos por los guardias que custodiaban el perímetro.

-¿Estás seguro de lo que dices?- pregunto el hombre de grandes ojos azules y cabellos cortos a la altura del mentón.

-Estoy tan seguro de ello, como de mi nombre maestro- indicó el joven de cabellos rubios –Él ha perdido la razón por completo, esta obsesionado con ella.

La mantiene prisionera en el pasaje oculto de su habitación, allí ha construido una mazmorra y eso no es todo, si viera los objetos que oculta allí, entendería lo que estoy diciendo.

Además ella no es la única prisionera victima de sus torturas inhumanas. Puedo probarle que todas las mujeres que se supone han escapado, perecieron allí, bajo sus manos. Aún conserva algunos de sus cuerpos, ya putrefactos y hediondos-

-Realmente no puedo dar crédito a lo que me estás diciendo. Si bien yo tengo mis propias sospechas acerca de él, la acusación que formulas es demasiado grabe-

-Comprendo su preocupación maestro, después de todo él es su hermano. Pero debe creerme-

Asintiendo distraídamente Mitrael preguntó -¿Dimitri, Has hablado con alguien acerca de esto?-

-No, maestro solo con usted-

-Bien te aconsejo que no se lo digas a nadie más. Kalim es un alto miembro de la orden y si todo es como tu dices, no sabemos de lo que sería capaz. Ahora dime, las pruebas que tenías para enseñarme ¿Dónde las tienes?-

-Están en sus aposentos. Si está dispuesto a enfrentarlo, yo podría conseguir las llaves.

Se donde las lleva y el momento justo para llevarlo al lugar, sería durante el oficio nocturno, cuando él lo preside- ofreció Dimitri.

-Entonces será hasta la media noche- indicó Mitrael despidiéndose.

Ambos tomaron diferentes caminos separándose, Mitrael caminaba pensativo, nunca hubiese imaginado que su hermano fuese capaz de tal crueldad. Siempre se había lamentado haber cometido aquel error, jamás debió haberla llevado con él, pero esa noche no estaba pensando claramente. Había bebido demasiado y al ver tan bella mujer buscarlo, sintió envidia y tan solo por despecho la llevo a sus aposentos esperando que él la rechazase

¿Cómo imaginar que sería ella?

Según la ley de la orden, él no podía interferir entre ellos, después de todo habían contraído matrimonio y ella ahora le pertenecía, pero no podía permitir que siguiese sufriendo tan tremendas vejaciones.

Como un último favor y para aliviar a su propia conciencia el la ayudaría a escapar.

Kalim reposaba en su sillón de exquisita madera labrada, observándola en silencio.

Le fascinaba la forma en la que se reflejaba la mortecina luz de las antorchas, en las curvas de su denudo cuerpo, y ese bello contraste que ofrecía la sangre al brotar de sus heridas era perfecto.

Por momentos le daba la impresión de que el fuego la estaba por consumir.

Al pensar en ello tuvo el repentino impulso de prenderla fuego, pero se contuvo de ello, jamás podría arruinar tal belleza, ni por todo el placer que le provocaría ver esa imagen.

Arael se encontraba inconsciente, con los miembros flácidos, colgando de los gruesos aros de las herrumbradas cadenas que sujetaban sus muñecas al muro. Llevaba días en esa posición, sin probar bocado o gota de agua.

Ya no sabía en que día se encontraba, había perdido toda noción del tiempo y eran tan profundas sus heridas que el dolor ya no lo sentía, el frío de la piedra y la falta de calefacción le habían entumecido todos los miembros de su cuerpo y los pequeños dedos de sus pies tenían un tinte azulado.

Kalim había sido meticuloso en su accionar, si bien la había azotado hasta el cansancio, jamás lo habría hecho hasta el punto de herirla de muerte. Cada vez que ella perdía el conocimiento, el se tomaba con meticuloso cuidado, el trabajo de tratar sus heridas y de limpiarlas adecuadamente, de modo que no quedasen grandes marcas.

El orín de cabra era el mejor desinfectante y el azúcar negra, el perfecto cicatrizante. Más luego, antes de asearla, la observaba en silencio desde la oscuridad, sentado en su sillón favorito.

Ella era la mujer más bella de todas y también la más resistente, llevaba tres años con él y aún se mantenía igual, había sido toda una aventura y un desafío, para él quebrantar su voluntad y romper su temple de acero, pero lo había conseguido, había domado a un león, convirtiéndolo en un sumiso gato.

Arael comenzaba a despertar, no movió el más mínimo músculo, podía oír su respiración alejada y aunque tenía los ojos cerrados, ella podía ver su rostro oculto en la oscuridad, esbozando una macabra sonrisa, con ese gélido brillo en sus grises ojos, tan grises como su corazón.

Los sordos pasos resonaron como truenos en sus oídos, ella sabía uno a uno de los movimientos que realizaría. Primero se quedaría parado a metros de ella observándola silenciosamente, como un espectro en la oscuridad.

Lentamente se acercaría y con sus frías y huesudas manos le recorrería la piel, susurrando a su oído cuanto la amaba y deseaba, escudándose en que ella era la causante de todo lo que ocurría, murmurando roncamente que si ella no lo pidiera él no lo haría, asegurando que él podía leer su mente y oír sus suplicas por más.

Mientras le elevaba el rostro él le susurro al oído –Mi Bella Arael, cuando dejarás de suplicarme por más. Se cuanto te agrada, pero debes comprender que ya no puedo darte más, no al menos de momento-

Ella se mantenía en silencio con los ojos cerrados, su respiración era tenue y apenas se podían sentir los latidos de su corazón.

-¿Qué dices?- preguntó él -¿Qué quieres más? No, ya te lo he dicho mi amor, no puedo darte más-

Sin emitir sonido alguno involuntariamente ella apretó los parpados de sus ojos, tomándola bruscamente por el cuello murmuró –Se cuanto me deseas, si tanto insistes, te tomaré como te gusta- y empujándola hacia el muro comenzó a acariciarla con brusquedad, con fuerza mordisqueo una porción de sus senos desnudos y con la fuerza de un demonio la sometió a su voluntad, penetrando bruscamente en su interior, a la vez que apretaba su cuello con fuerza, casi quitándole la respiración.

Ella pudo sentirse desgarrar con la violencia de sus arremetidas, en su mente solo suplicaba que se detuviera.

Aunque debiera estar acostumbrada ya, a esas vejaciones, no lo podía soportar, ni siquiera podía gritar, ella sabía que si lo hacía solo lo incentivaría a más.

El silencio se había apoderado de sus labios hacía mucho tiempo y ya no recordaba como pronunciar palabra.

Una solitaria lágrima de dolor surco sus mejillas, derramándose por sus labios, al verla, Kalim la besó apretando con fuerza sus labios a los de ella y lentamente se apartó acomodando sus ropajes.

-Me haces perder el control cariño- indicó fríamente –Ahora debes descansar, debo marcharme. Pero no te preocupes, solo será por unas horas.

Hoy debo presidir el oficio nocturno. Prometo que a mi retorno tendrás más- señalando al muro opuesto opino –Pero ella te hará compañía- y acercándose a al putrefacto cuerpo de una mujer le susurró -¿Verdad Liley?- volteando en torno a Arael indicó -¿Este es nuestro pequeño secreto, verdad amor?- en tono malicioso pregunto

¿Cuándo Arael, dime cuando volverás a describirme tus bellas visiones?

Ya lo se, prometo que en unos días te llevaré a dar un paseo y si una de ellas acude a ti, me la contarás, así remplazaremos a nuestra compañera, espero que esta vez incluya a alguien menos débil- luego se marchó.

El sonoro chirrido de cierre de la metálica puerta se oyó y Arael contuvo la respiración por unos segundos, finalmente soltó un resoplido y comenzó a sollozar en silencio, se sentía débil y sus piernas ya no podían soportarla, las cadenas no la dejaban sentarse, eran demasiado cortas. El las había hecho a esa medida para evitar que Arael intentase suicidarse y realmente no estaba equivocado, si solo le diese un instante de seguro ella lo haría, con tal de alejarse de él.

Kalim echó llave a la puerta y cruzo al rápido paso la habitación, faltaban pocos minutos para comenzar con el oficio nocturno.

En el pasillo de salida se encontró con Mitrael, juntos caminaron hacia la capilla.

En tono indiferente Mitrael pregunto -¿Y dime como está tu esposa?-

Viéndolo de reojo Kalim indicó –Eso no te interesa-

-Perdona si te molesto con mi pregunta. Pero se rumorea que ella ha escapado

¿Es eso cierto?

Hace mucho tiempo que nadie la ve-

-Arael se ha sentido indispuesta los últimos días, tu sabes ella es débil- señalo Kalim.

-Si no te molesta, quisiera verla. Por supuesto que no hoy, pero tal vez en la mañana-

Deteniéndose bruscamente Kalim fijo su mirada con ira –Por supuesto que me molesta. Nadie tiene derecho a exigirme verla-

-Perdona, pero no fue una exigencia, sino un pedido. Además, si dices que ha estado enferma

¿Por qué no habría de preocuparme?

Después de todo ella es mi hermana- recalcó Mitrael.

Soltando una sonora carcajada Kalim se burlo –Aún lo lamentas verdad.

Pero recuerda que ahora ella me pertenece, se que tu también la deseabas, pero ella me escogió. Resígnate hermanito-

Viéndolo con desprecio Mitrael indicó –Te equivocas a mi jamás me intereso de ese modo, yo no soy como tú-

Kalim rió burlonamente y volteo para marcharse, en ese momento chocó de frente con un discípulo, bruscamente lo empujó haciéndolo caer al suelo -¡Fíjate por donde caminas!- le grito y continuo...

Por supuesto que continua ^^ son un total de 12 capitulos


martes, mayo 02, 2006

Mañanas HTML

Bievenidos a mis mañanas aburridas ^^


En el aburrimiento de mi mañana, me lebante a las 8am, hice unos mates
y rebice los correos u,u despues de ello encendì el winamp para
escuchar algo de musica.
Como llevo varios dias sentada en la maquina (casi full time) me
escuche toda la musica de mi maquina y ya todo me aburre.
De modo que comence a urgar haber que hallaba, entre la seleccion de
Enya, Enigma y Vanessa, encontre un documento perdido que me puse a
leer.
Huy dios que hacia tiempo que no escribia algo asi, casi al llegar al
final me cruzo la còmica pregunta por la mente ¿Que me fume ese dia
xDDD? es chiste nomas, gracias que fumo cigarrillos (marca pirulo pues
la situacion economica en estos dias esta dura para una escritora/dibujante
desempleada y el rubro en este pais no paga mucho
T,T)
Bien aqui va el mencionado documento ....

Introducción


Mi nombre es Goodrow, soy el príncipe de los altos elfos o al menos ello solía ser.

Hijo de Delfos Hightgood, cabecilla y patriarca de los bosques Gnacos en las altas tierras de longland y Area Niaogood, princesa de las hadas.

Nacido de cuna noble y criado por los más bondadosos sirvientes, desde niño fui instruido en las artes del combate y educado de la forma más culta y cuidadosa que podría existir.

Solo poseía una hermana, por lo que mi ascenso al trono estaba asegurado. Al cumplir la mayoría, contraje matrimonio con una joven y bella Elfo, quien había sido criada para ello.

Pero aunque mi existencia transcurría perfecta, mi alma añoraba fuertes emociones, sentía que mi destino se hallaba más allá de aquel bello y tranquilo bosque, más sin pensarlo un día decidí ir tras el.

-¡Maldito el día en que lo desee! Hoy creo, debí haber oído las advertencias de aquella anciana cuando dijo -“Ten cuidado con lo que desees, por que puede hacerse realidad”.

Todo lo que deseaba, en aquel entonces era una buena batalla, grandes logros y emociones. Para así como mi padre poder jactarme de mis habilidades.

Aquella noche, luego de asegurar la seguridad de mi esposa y mis tres pequeños hijos, tome mis armas y al reparo de la oscuridad me lance a la aventura.

Los años transcurrieron agitados y la buena fortuna me sonrió, en cientos de combates y batalla s intervine. Haciéndome de buena fama y grandes aliados, así como peligrosos enemigos.

Caitron jefe de los Elfos oscuros, en medio de un combate, en el cual di muerte a su único hijo, me juro venganza y tras años de búsqueda descubrió mi procedencia, así como mi reino.

Hallándome yo en tierras bajas, el pedido de auxilio llego tardío a mis oídos, el tiempo me traicionó y mi buena fortuna me abandonó con la misma velocidad que me había acogido.

Al retornar a mi hogar, solo sus ruinas humeantes quedaban, la belleza que antaño existía, en ese momento era solo un vago recuerdo.

Sus ejércitos lo habían arrasado todo, saqueando, violando y matando a todo ser vivo.

Entre los poco sobrevivientes se hallaba mi amada Lizbeth, quien en su moribundo delirio no hacía mas que llorar implorándome perdón por la deshonra.

Aunque con todas mis fuerzas lo intente, fue inútil, la llama de su vida se extinguió del mismo modo que su sangre se escurrió entre mis manos.

No sin antes advertirme que Caitron había tomado como prisionero a nuestro hijo menor, Deeclim.

Al oír esto, la sangre de mi cuerpo fluyo enardecida y la llama de la venganza se encendió como un fuego voraz en mi corazón.

Debía cobrarme la afrenta, esto no podía quedar así. Convocando bajo mi mando a los mas valientes hombres que mis aliados pudiesen tener, viaje hasta los confines de la tierra en su búsqueda.

La batalla fue ardua, mis hombres aunque valientes y bravos fueron doblegados en número.

Caitron contaba con algo que me fue inesperado, en el momento en que consideraba ganada la batalla, invocó la ayuda del señor de la oscuridad y sus engendros demoníacos.

Vergonzosamente sobreviví escapando del campo de batalla y aun recuerdo vivamente, aquella atroz carnicería.

¡Madita sea la prolongada vida que un Elfo ha de tener! Cien años transcurrieron y aun busco mi venganza.

Caitron Ha convertido a mi hijo en su mano derecha y peor aun, en su más cruento y despiadado general, de Quien me avergüenzo al oír su fama, atroces actos y crueles acciones.

Hoy, continúo mi herrar y aun busco valientes hombres que se unan a mi cruzada. Aunque he perdido considerablemente las esperanzas, dado que tras años de constantes batallas, los valientes han mermado. Sobreviviendo los cobardes que solo suplican y se preocupan por su miserable existencia.

¡Pero así sea lo último que haga, recuperare a mi hijo y cobrare mi venganza!

¡Oh moriré en el intento!


Capitulo 1

-¡Allí esta!- grito el niño agitando su antorcha en dirección a mi.

Yo me hallaba, semi encorvado, con la espalda recostada sobre un viejo y grueso roble. Mi mano izquierda aprisionaba la herida del vientre y en la mano derecha empuñaba mi viejo y ya herrumbrado alfanje, de filo mellado y antes dorada empuñadura. Con la mirada cansada y el cuerpo dolido, de tanto escapar, me deje caer al suelo, ya que ni fuerzas para desplomarme me quedaban.

-¿Sería hoy?- Me pregunte esbozando una media sonrisa y dirigiendo mi vista al cielo -¿Seria hoy el día en que la muerte me llegase y aplacase el tormento que durante tantos años he sufrido?-

Como tambores, el sonido de pasos apresurados resonó en mis oídos y el griterío de la chusma enardecida le presidio.

-¡Allí, allí!- continuo gritando el niño, hasta que una docena de campesinos me rodeo. Apuntándome con sus instrumentos de cultivo, me gritaban, insultaban y yo aun no comprendía la razón.

Un robusto hombre de oscuros cabellos y negros ojos como el azabache, hinco su pica en mi brazo. Obligándome a dejar caer mi alfanje, restregó la punta en el interior de la herida, mientras blasfemaba e insultaba.

-¡Los de tu especie son repugnantes! ¡¿Cómo aun tienen osadía de presentarse por estos lares?!- gritó, sujetando mi rostro y obligándome a verle a los ojos.

En torno a la muchedumbre que le acompañaba señaló -¡Véanlo, ya no es tan valiente ni temerario, como cuando junto a sus compañeros de ejercito se hallaba! ¡Todos los elfos oscuros son iguales!- Lanzando un escupitajo a mis pies me soltó y removió su pica de la herida.

-¿Dime criatura del infierno, donde están tus grandes poderes cuando les necesitas? ¿Dónde se halla tu oscuro señor para protegerte?- volteando hacia sus compañeros aseguro -¡Patrañas, véanlo y comprueben que no poseen la inmortalidad ni el poder que profesan las leyendas! ¡No son ni invencibles, ni temerarios cuando se hallan solos!-

Al oír tales acusaciones mi sangre fluyo enardecida, era capas de soportar en silencio cualquier acusación, incluso era capas de abrir mis brazos a la muerte sin batallar, por no dañar a un semejante. Pero jamás permitiría que se me llamase Elfo oscuro.

Haciendo uso de las pocas fuerzas que me quedaban me puse de pie en un salto y fije mi vista sobre el acusador. Como un murmullo ronco de mis labios broto mi defensa –Puedes llamarme como quieras, herirme, insultarme y denigrarme por cobarde tal vez. Pero jamás me llamaras como a mis peores enemigos. ¡Soy Goodrow un alto elfo y no un elfo oscuro!-

El silencio se hizo por un corto instante y la chusma enardecida se miro entre si con desconcierto.

El mismo hombre que mi herida había causado esbozo una sonrisa con malicia y rió con sorna -¡Jajajajaja! ¡¿Alto elfo, elfo oscuro, cual es la diferencia?! ¡¿Por serlo, crees que te creeremos menos cruel?! ¿Dónde estaban los altos elfos cuando se los necesitaba en este lugar? ¡Escondidos en su calmo bosque, es allí donde se encuentran! ¡Fueron ustedes quienes iniciaron la guerra y ahora nosotros debemos de pagar las consecuencias!

¿Acaso tú, alto elfo, me devolverás la dignidad que le fue robada a mi hija o la vida de mis tres hijos y esposa? ¿Y que me dices del resto de los pobladores que sobrevivieron a la contienda?-

Asomando de la muchedumbre, que ahora gritaba desaforada, una mujer se lanzó sobre mi con un puñal en mano -¡Muere, cerdo asqueroso!-

En ese preciso instante una figura se atravesó saliendo de entre la muchedumbre y detuvo el embiste de la mujer.

Sorprendido por la oportuna aparición, mi vista solo se fijo sobre sus manos sangrantes. El desconocido había sujetado la daga con sus manos desnudas, cortándose.

Rápidamente se dirigió hacia mi -¡Escapa de una vez!-

La voz me sonó familiar pero en ese momento no la reconocí, el desconocido se hallaba envuelto en una gruesa capa de lanilla negra y la caperuza cubriendo su rostro, no me permitía verle con claridad. Negando con la cabeza le indique –No intervengas sus palabras cuentan con gran verdad-


Nota: La historia es algo deprimente, bah depende de quien la lea y sus gustos, la verdad es que continue unos capitulos más pero ahi la deje algun día la termino. ^^